El Festival de la Luna, también conocido como la fiesta del Medio Otoño, es una celebración muy popular en China, durante la cual las familias se reúnen bajo la luna llena y comen «pasteles de luna». Se realiza desde hace miles de años y suele ser ocasión para contar una de las más famosas leyendas chinas sobre la Luna: la historia de la diosa Chang’e.
Como es común en la cultura china, existen diferentes versiones de la leyenda de la diosa; sin embargo, en todas aparece el guerrero Hou-yi, el elixir de la inmortalidad y la eterna compañía del conejo de la diosa.
La versión más conocida de la leyenda cuenta que Chang’e fue la esposa de un famoso arquero llamado Houyi. La vida de la pareja era tan feliz que el guerrero visitó a la Diosa del Cielo para pedirle un elíxir de la vida eterna. Cuando le entregó la poción, la diosa le avisó que con eso alcanzaba para hacer inmortales a dos personas y, que si solo uno lo bebía completo, volaría hacia el cielo.
Sin embargo, un día salió Hou-yi salió y dejó la botella en su hogar: entonces, uno de sus alumnos guerreros aprovechó para intentar robar la poción de la inmortalidad. Chang’e luchó contra el hombre pero, en su afán por resistir el robo, bebió toda la poción. Fue así que el cuerpo de la joven se elevó rápidamente hacia la luna y se convirtió en una diosa.
Desde entonces, vive de forma solitaria en su palacio, con la eterna compañía de un conejo de Jade.